domingo, octubre 18

Han pasado tantas cosas....

Desde la última vez que te escríbí, Padre, han pasado tantas cosas que es como haber vivido otra vida en tan sólo 3, 4 meses. Mi hermano se fue a México, me sacaron de alabanza, tuve que caer y levantarme de nuevo, renunciar al liderazgo juvenil, atender tres situaciones de fraude, dos en Movistar y una en Comcel, empezar a escribir mi Tesis de Doctorado... Soñar con un nombre...

Pero, como siempre, tú me sorprendes, Padre. Cuando yo pensaba estar a la vera del camino, y ya me habían convencido en Icin que no era digno de ser llamado ni siquiera líder ( no digamos buen líder, sino tan sólo líder) , entonces tú vienes a mí con la culminación de todas las cosas que habíamos hablado.

Pero antes.. ¿Me preguntabas si estaba dispuesto a dejar que ella se fuera? Yo te dije que su cariño, y las ganas de hacer de ella una persona diferente para tí eran lo único que me retenía en medio de tanto desprecio y menosprecio hacia mi familia (especialmente para con mis padres). Eso duele. Ella nunca lo supo, pero las veces que quise hablarle tan sólo para que me escuchara pero tuve que conformarme con un saludo de quince segundos después de un servicio de domingo ya se me han pasado de la cuenta.

La respuesta es sí. Por eso seguí tu consejo de alejarme. No para demostrar indiferencia, como me lo aclaraste, sino para que yo fuera el menos afectado por la separación.  Hace como tres meses, cuando hablamos tú y yo de esto, yo te la entregué en tus manos y decidí que mi historia con ella no sería más que lo que ya había sido, porque tú me mostraste que mi destino era direrente al suyo. y yo lo sabía desde un principio.

Soy consciente que tú me habías dicho cómo pasaría, y así sucedió. Que ella encontraría nuevas personas y motivos que acapararan su atención, sólo para hacer que el impacto de tener que decir adiós fuera el mínimo. Yo te pedí que me sacaras de su corazón, si bien no completamente. ¿Porqué? Tú lo sabes. No hay dolor más grande que el olvido.  

Ahora, gracias por darme la tranquilidad y la paz de saber que para cuando ella esté leyendo esto, no hay manera posible de que yo esté en icin. Si nunca hubo tiempo suficiente para que habláramos, después de la despedida sólo queda el cielo. A menos que....

A menos que recuerde que alguna vez le regalé un dibujo, uno que a ella no le gustó. Uno  dibujo en el que ella se veía grande, toda una mujer, y yo, un hombre ya con canitas. Y que le prometí que para cuando ella tenga 23 ( y muy seguramente yo tenga casi 40) la buscaré... sólo para alegrarme de todo lo que tú, Padre, le habrás dado: Esposo, hijos, vida. El día de navidad de su año 23.


Claro, a ella no le gustó porque muy probablemente ese dibujo llevaba la idea implícita de que íbamos a separarnos para vivir caminos diferentes. En ese momento, a ella le dolía tanto la idea que la hice llorar. (Cómo me dolió verla llorar). Pero si todo sale como tú me lo mostraste, para este día y hora ella no lo asumirá (la despedida) con el mismo nivel de sensación de pérdida.


La razón de esto es muy simple: Como antes te escribí, Maestro mío, ella dejo de ser mi hermanita pequeña, esa que quise tanto, que ví tan necesitada de un mentor, desde hace mucho tiempo.  Desde mi última entrada a este blog (Junio), ella ya no me llamaba, NUNCA me volvió a hablar con esa voz de niña chiquita que tanto me enternecía, y menos pudimos volver a tener una conversación medianamente importante de ningún tema. 


Cada vez empezamos a tener menos cosas en común: Creo que desde aquel incidente de la Van saliendo del concierto libras de amor (en JPC)  y mi consiguiente salida de alabanza (por incompetente - palabras de los líderes de aquel entonces - ) creo que mentalmente ella sabía que no estábamos en la misma línea... 

Lo del curso pre-icfes lo considero una derrota. No pude ser lo suficientemente bueno para que ella se sintiera tranquila de estudiar conmigo.  Y lo de la plata... era simplemente una excusa para que se acordara de mí.



...extraviaba mis regalos, (a veces ni los notaba siquiera...), hasta que me convencí que ella me seguía diciendo que era su hermano sólo porque ella sabía que necesitaba escucharlo. Pero era de dientes para afuera. Era como hacerme un bonito favor. 


Como alguna vez se lo dije, cuando no pude disimular más, llegué a concluir que conocía a dos personas: La hermanita de mis recuerdos, y la "hermana" de iglesia que con dos palabras me hablaba cuando escasamente lo hacía.


Esa conclusión jamás desapareció de mi corazón.


No volví a escribirle. Una forma de expresar mi dolor es alejarme, tú lo sabes bien.
Para Octubre de este año, el promedio de mi tiempo conversando con ella es 5 segundos. 
Hoy Domingo la saludé como si no fuera la que alguna vez fue para mí. Normal, pero distante, sonriente, pero indiferente.


Esto tiene que finalizar, porque no hace sino hacerme daño. Gracias, Padre, por hacerme entender que ahora formo parte de su pasado.


Bueno, creo que me desvié del tema principal, mas era necesario escribirte todo esto para poder hablarte de la decisión que hoy hemos tomado con los Velásquez.


Estoy listo para abrazar ese sueño de construir a punta de fe y sudor la iglesia que siempre he soñado. Una iglesia en donde la gente tenga el valor que se merece sólo por el hecho de creer en tí. 

Renuncié al liderazgo en jóvenes, porque no le creo al modelo de mantener a la gente en grupo s para verle sus caras de : "Eso ya lo sé. Lo único que quiero es  pasarla bien y que no me cuestionen mi fe". Los recuerdos del grupo de alabanza ya han cicatrizado. Por fin entiendo que nunca me consideraron en serio parte de ellos.



18 de Octubre: Luego de la reunión en casa, las dos familias hemos decidido abandonarnos entre tus brazos y depender de tí. Y para yo poder hacerlo, tú me pediste lo que más quería en icin.



Y, usando las palabras de mi Maestro: La obra que me diste, la he finalizado.


Me regalaste una Loren, te entrego una Loren.


Pero nunca dejará de dolerme no haber podido volver a verla sonreír.