lunes, junio 22

...Hace mucho tiempo que no escribía; Padre, Maestro Eterno. Y bueno, sólo será porque realmente el tiempo no ha permitido tener un espacio libre para pensar, claramente, acerca de las cosas que han pasado entre nosotros, la familia Icin.

Dos campañas y la cosa parece que arranca día sí día no. Los 40 días fueron menos, realmente, de lo que esperaba; la gente ni siquiera tiene la cultura de reunirse en las casas, muchas veces. No pareciera que vieran relamente a Dios en las personas que vamos a las casas. Claro, no todos; pero ¡Ah! si puede llegar a ser difícil hacer tu obra (Corrección: es fácil si se hace en casa, con invitados traídos y palabra ligera). De corazón espero estar equivocado; puede ser que siempre me haya correspondido tratar con los casos más difíciles de la iglesia: Indiferencia, frialdad, liviandad, una falta total de compromiso contigo, Padre. nadie quiere de veras enamorarse de tí. Te usan, te aman y buscan hasta cuando necestian amar a alguien que llene los espacios que otros dejan.

En la segunda, la cosas parecen ir mejor. Me sorprende el nivel de aceptación de una campaña con temas que se supone que todo cristiano medianamente seguro de su fe debería ya manejar a la saciedad. Pero bueno, tesoros nuevos, tesoros viejos. Y sí, cuando a uno lo natural se lo deben presentar como divino para que por fin aprenda a obedecer, pues sea.

Cálida fue la prédica de ayer de la pastora. Su pasión al hablar me hizo recordar a mi primer pastor; Jorge Castro senior. Fue un abrazo cálido, en realidad. Gracias, Padre, por darme esos pequeños mimos.

..Pero lo urgente no deja tiempo para lo importante, dijo la filósofa de la vida.

Por ello, he de contarte que me ha sorprendido lo rápido que han descendido los niveles de conversación y cercanía que una vez fueron altos, fluídos y versátiles con mi hermanita. Sin embargo, es esto un fenómeno comprensible, previsible y natural.

Comprensible porque la brecha generacional que nos separa hace que la diferencia en puntos de vista acerca de ciertas cosas del ministerio, de la vida y lo que de ella se espera sean distancia suficiente para separar dos puntos de vista y criterios que por otra parte no es sano que sean necesariamente los mismos.

Previsible porque ella no podrá de ninguna manera encontrar en mí el interés de sostener una conversación interesante para ella en términos intelectualmente equilibrados; años de formación académica diferente lo hacen casi imposible. Lo anterior no es, por supuesto, premisa suficiente para establecer una conclusión de inferioridad intelectual (ni fascista que fuera) sino por el contrario, es una afirmación justificable partiendo de la deducción razonablemente verdadera de que ella no tiene (ni debe) tener exactamente la misma formación e intereses intelectuales que yo.

Y natural, porque una persona de su edad debe hablar cosas de su edad. Ya habrá tiempo para pensar realmente en términos de eternidad y del papel que cada uno de nosotros cumple (y cumplirá) dentro de ella. No se puede pretender que disfrute de hablar 24 horas de cosas de "grandes" conmigo. Eso sólo lo disfruto yo.

Para cada cosa hay un tiempo. Y según esta sentencia, toda relación afectiva tiene sus épocas de intesidad y sus épocas de ver cómo la marea baja. He aprendido, Maestro, mucho de ella; a veces pienso que, en realidad, el que ha podido descubrir la vida a través de los ojos del otro he sido yo. Tú y Yo sabemos, maestro, que realmente vive en una burbuja de cristal, y que mi misión ha sido medianamente exitosa en la medida en que pueda empezar a ver no la vida que tendrá que vivir (de la cual que te expresaré mis temores, Maestro), sino los desiertos y pruebas que comprenden el camino del guerrero. Pero espero que a pesar de no estar en contacto permanente con ella, lo que me has permitido enseñarle aún esté presente en sus recuerdos como un sello espiritual de poder que le resguarde de todo lo que enfrentará.

Realmente me siento libre de que esto esté pasando. Ya habíamos hablado los dos de que esto sucedería, Maestro. Mi tiempo de estar a su lado está por terminar, y me alegra que esté despertando a la vida que quiere perseguir (al menos en teoría). Sabes que quisiera pasar más tiempo a su lado, pero no reclamo más de lo que me corresponde.

¿Porqué? Porque perfiero liberarme de una dependencia que yo sé que ella no tiene para conmigo y no quiero que tenga nunca. Las despedidas son difíciles... más aún de un apersona que vine a querer tanto... y no por el hecho de la distancia, del adiós; lo es por tener que reconocer el hecho de que NADA en este mundo puede ser mejor que aferrarse a Tu Amor, Santísmo, y que por más que se goce de la presencia de amigos, pareja y familia, nada de eso tiene el brillo y la fuerza de la eternidad como sí lo tiene tu Presencia. Prefiero que, de ahora en adelante, ellse alimente de Tí.

¿Qué cuándo? (sonrío) Tú ya lo sabes. Para Marzo de 2010 muy probablemente ella podrá leer estas líneas, cuando ya yo esté solamente en el reino de sus recuerdos.

Te confieso, Padre, que me da miedo pensar en su futuro. Demasiados sueños, demasiado idílicos, demadiadas expectativas por cumplir... cuántas veces no he visto ya eso. Nunca le conté acerca de las tantas personas que, como ella, en sus mejores años pensaron cambiar al mundo a punta de ganas y de sueños...

Me da miedo pensar que algo... una decisión.. un cariño... una fascinación.. le haga caminar por un sendero que Tú no trazaste. El corazón humano es impredecible. El corazón humano enamorado es impredeciblemente ingenuo.

Ojalá te la esté entregando lo suficientemente madura en lo espiritual como para estar firme cuando lleguen las pruebas verdaderas; las tentaciones casi irresistibles... cuando sienta que el cuerpo le pida a gritos hacer lo que no quiere... no quiero saberlo.

Sólo quiero saber que, cuando sienta que realmente es vulnerable y pueda fallarte, se pueda guardar entre tus brazos. Años después podrá entender que la vida más difícil es la que se lucha cuando se cierran los ojos. Cuadno tenga que enfrentar sus propias debilidades, como yo he aprendido a hacerlo.

Sólo tu Presencia hace la diferencia. Y espero que ella encuentre esa diferencia.